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Ebanistas lo perdieron todo en incendio de taller colectivo


 El incendio destruyó numerosos trabajos de muebles, así como las herramientas de siete ebanistas.

Javier Flores


Santo Domingo.- Había sido un buen lunes para Rogelio Hernández, un ebanista de 34 de años de edad que tenía un espacio en un taller ubicado en la Urbanización Italia, en Santo Domingo Este. Había entregado varios de sus trabajos y al final del día recibió pagos adelantados para continuar trabajando con las otras obras.

Todo marchaba bien para este padre de un niño de 11 años, quien alrededor de las 7:00 de la noche decidió dar por finalizado uno de sus más productivos días, acomodó todos sus materiales en su espacio dentro del taller, a excepción de una puerta que dejó afuera cubierta por una lona.

En la mañana de ayer recibe una terrible sorpresa cuando llega a su lugar de trabajo y ve que el taller de donde sustentaba a su familia estaba siendo consumido por un incendio, que según informes preliminares, había sido generado por un cortocircuito.

“Es un momento difícil porque uno piensa en cómo uno va a poder entregar esos trabajos que se tenían pendientes, cómo yo voy a sacar para mantener a mi familia, pagarle el colegio a mi hijo, darle las meriendas y todo esas responsabilidades. Yo ayudaba a mi mamá de lo que ganaba en este taller”, expresaba un consternado Rogelio mientras él y sus compañeros de labores observaban cómo los bomberos sofocaban el fuego.

El taller de ebanistería, que no tiene un nombre común, está ubicado en el patio de una casa de dos niveles, justamente detrás de una planta de gas en la Urbanización Italia, Santo Domingo Este.

Un cortocircuito
Los datos preliminares indican que el fuego, que se produjo aproximadamente a las 5:00 de la mañana, fue provocado por un cortocircuito.

El incendio fue sofocado casi a las 8:00 de la mañana y no hubo víctimas o quemados por el siniestro.

La ebanistería funcionaba como una sociedad de siete ebanistas, ya que todos tenían un espacio aparte en el taller donde realizaban sus trabajos independientes y donde cada quien ayudaba al otro y de sus ganancias aportaban para pagar el local al dueño mayoritario, el cual es solo conocido como Raúl.

Pérdidas cuantiosas


“Allí adentro habían trabajos de hasta RD$200,000. Yo por ejemplo tenía una cocina casi completa dentro. Más las herramientas y otros trabajos, perdí prácticamente todo. No sé cómo me voy hacer para recuperar la mayoría de los trabajos y entregarlos a los clientes”, exclamaba un afligido Hernández, que apenas podía contener las lágrimas ya que había perdido todo.

Hernández tenía solo diez años cuando comenzó a colaborar en el taller de ebanistería e iba allí todos los días, por eso, al ver el local destruido por el fuego le afectó tanto o más, que perder todos sus trabajos.


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