Por: Miguel Franjul
Santo Domingo.- Ahora en el mundo hay más lectores y más sed de lectura, pero los patrones de forma y tiempo para consumir noticias y contenidos generados por el periodismo han cambiado.
La llamada “lectura larga”, que caracterizaba la época en que los impresos tenían el monopolio de la información, ha dado paso a la cultura de lo breve e instantáneo.
Los estudios de “pases de ojos” que habitualmente se realizan para monitorear el comportamiento de los lectores han ayudado a encontrar muchas claves interesantes sobre cómo “enganchar” a los usuarios, tanto de la prensa escrita como en las plataformas digitales.
En los periódicos, la puerta de entrada son las fotos, luego los titulares y después el lead o cabeza de la noticia, que se recomienda no exceder las cinco líneas en las que pueda resumirse (y este es el ejercicio más difícil de la síntesis) el qué ,cuándo, cómo, dónde y por qué del hecho.
Más allá de esas cinco líneas, los redactores y editores de diarios deben empeñarse en concentrar, en un siguiente bloque no mayor de 21 líneas, el zumo de la historia y luego intercalar inserts o “paradas técnicas” con un dato relevante,como forma de refrescar el texto para que el lector siga su camino y complete la historia, si le resulta interesante.
Como ahora es mayor la tendencia a la lectura en las plataformas digitales, esta técnica también funciona. Pero se recomienda a los periódicos que brinden en sus ediciones onlíne noticias cortas de un párrafo de cinco líneas con lo básico de la información.
Estas cinco líneas dan una idea general de lo que está ocurriendo y, dependiendo del interés que suscite en el lector, este continuará o dejará la lectura. El usuario de las redes prefiere navegar y hacer nuevas paradas de cinco líneas en otras noticias hasta que se siente tener un panorama amplio de los acontecimientos.
En la medida en que los diarios elaboren contenidos de calidad, escritos de modo sencillo, fluido y descriptivo,despertando la imaginación y la curiosidad y haciendo sentir al lector parte de la historia, pueden estar seguros de que este consumirá en gran medida o totalmente dicho contenido.
Millones de personas en el mundo, desde niños hasta adultos mayores, son usuarios de redes sociales a las que dedican más horas de atención que las que ofrecian antes a los periódicos escritos, cuando estos eran la principal fuente de informaciones.
Esto implica leer, ver las noticias en desarrollo en videos o ilustraciones animadas y usar los canales de mensajería para “chatear”y compartir experiencias, todo lo cual supone leer y escribir, es decir, vivir en contacto con el texto, pero esta vez bajo una nueva distribución del tiempo.
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