Entre Bolivia, de un lado, y España y México de otro, saltan chispas por la crisis de las embajadas. España ha dado 72 horas a tres funcionarios de la embajada boliviana en Madrid para que salgan del país. Se trata de una medida recíproca después de que Bolivia declarara "personas non gratas" a dos diplomáticos y varios policías españoles.
En un comunicado, el gobierno español "rechaza tajantemente cualquier voluntad de injerencia en los asuntos políticos internos de Bolivia" y dice que, cualquier afirmación es ese sentido es una "calumnia". También pide al gobierno interino de Jeanine Áñez que reconduzca sus afirmaciones.
Gobierno de EspañaMenendez, Carmen
Pero para los manifestantes concentrados ante la embajada española en La Paz, es España la que debe disculparse. Ante la sede diplomática mexicana, también se mantienen apostados numerosos activistas.
El detonante: la visita de dos diplomáticos españoles, acompañados de policías, a la residencia de la embajadora mexicana
El detonante de esta crisis fue la visita de los dos diplomáticos españoles a la residencia de la embajadora mexicana en La Paz, donde están asilados una decena de altos mandos del anterior ejecutivo de Evo Morales, acusados por el actual gobierno de delitos como terrorismo. Los diplomáticos españoles acudieron acompañados por cuatro policías, presuntamente armados y que cubrieron sus rostros para evitar ser identificados.
El Gobierno interino boliviano de Jeanine Áñez interpretó esta visita como una injerencia en sus asuntos internos por lo que ordenó la expulsión tanto de los dos diplomáticos españoles, como de la embajadora mexicana.
México decide no tomar medidas recíprocas
México ha decidido no responder con medidas recíprocas a Bolivia. Para el Gobierno de López Obrador la prioridad es proteger a los mexicanos que viven en el país, por lo que mantendrá al frente de su embajada en La Paz a la actual encargada de negocios.
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