El tesoro que más ha brillado este año es la réplica de la corona imperial de Rusia. Además de haber lucido en todas las coronaciones de los monarcas rusos, desde la de Catalina la Grande en 1762 hasta la del último zar ruso Nicolás II, la joya ha estado de gira internacional por más de 30 ciudades. La original está en el Fondo de Diamantes de Moscú y forma parte de la exposición permanente.
Una de las joyas más caras que se ha vendido este año, por unos 400.000 euros, es la famosa tiara de boda de la Casa Fabergé, creada en 1903 para la última princesa heredera de Prusia.
Otro ha sido uno de los tesoros estrella de la exhibición de Sotheby's de octubre en Londres: el collar de Cartier de la princesa Aga Khan. Compuesto por 7 esmeraldas colombianas, de las gemas más buscadas del mundo, con un peso de 169 quilates.
Entre las piedras que más se han exhibido en los medios han sido las de la ex primera ministra británica Theresa May, de la colección Ballsmanía. Compuesta por esferas de resina, disponibles en 140 colores.
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