La periodista Lyra McKee tenía 29 años, cuando un tiro perdido acabó con su vida en abril del año pasado en Irlanda del Norte, en enfrentamientos en Londonderry entre policías y miembros del grupo terrorista disidente Nuevo IRA, que resucitaron en la región los viejos y traumáticos espectros de su pasado sangriento.
Casi diez meses después, un hombre ha sido acusado formalmente de su asesinato. El sospechoso, que fue detenido el martes, junto a otros tres individuos, también ha sido imputado por posesión de armas y pertenencia a un grupo proscrito.
La muerte de la joven provocó una profunda conmoción tanto en Irlanda como en el Reino Unido. Los primeros ministros de ambos países acudieron al funeral, así como los líderes políticos de las comunidades protestante y católica de Irlanda del Norte.
El Nuevo Ira, una escisión del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés, se responsabilizó de lo ocurriendo, aduciendo que McKee había sido "trágicamente asesinada mientras estaba del lado de las fuerzas enemigas"en referencia a la policía.
A pesar de este episodio, una señal clara de que los tiempos han cambiado han sido los resultados excepcionales que acaba de conseguir el Sinn Fein, antiguo brazo político del IRA, en las elecciones en Irlanda, donde se ha convertido en la segunda fuerza en importancia, mientras sigue militando por la reunificación de la isla.
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