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El Ozama volvió a inundar al sector de La Ciénaga en Santo Domingo

Santo Domingo
“Con cada gota, la casa se pone peor”, dice Josefina del Orbe,  quien afirma que, por efecto de los recientes aguaceros, el agua turbia del río Ozama penetra de forma recurrente en su vivienda, afectando sus ajuares y pertenencias.
Ha permanecido viviendo en La Ciénaga durante  20 años. Tiene 54 años y de  nueve hijos que procreó, seis  residen en su humilde hogar.
El panorama es desolador. El agua contaminada recorre los callejones y callejuelas y se pone peor con cada gota de agua caída, por lo que la preocupación se mantiene presente entre la familia.

Su casita está inundada, el agua fluye sin inconvenientes, el verdor y el hedor del agua se combinan de una forma similar, entre la inmundicia y la muchedumbre. Los colchones están fuera de las viviendas, empapados de agua. Los charcos en cada esquina son el claro ejemplo de la cantidad de corrientes de agua que inician cauce a través de estas casitas.

Quieren una solución rápida a sus problemas
Mientras la mirada alejada y distante de los vecinos es casi palpable, añoran una casa con todo lo imprescindible para vivir y desean que el proceso de desalojo se lleve a cabo a la mayor brevedad en  ese sector.

Para Rosanny Féliz, habitante de este barrio desde que era una adolescente, cuando arribó a los 15 años a esta comarca, las vicisitudes que han atravesado han sido las mismas desde hace 20 años.

Indicó que el agua entra a raudales desde que empieza a llover, lo que impide que tengan una vida normal. Su estilo de vida, así como la forma de trasladarse a sus lugares de trabajo, se vuelve cada día más difícil.

Desalojo, casa por casa
Jesús Martínez, presidente de la Junta de Vecinos de la Ciénaga, pondera la necesidad de que las personas sean trasladadas de la mejor manera, a través de una orden y que en caso de que se les pague una remuneración por su propiedad, sea apta para la compra de una extensión de tierra o una vivienda en buen estado.Enlace arriba

“Pedimos el desalojo, casa por casa, es muy urgente...”, manifiesta Dominga Cuevas, una propietaria con 35 años viviendo en esa barriada, que al igual que Martínez dice que es importante que el traslado se lleve a cabo gradualmente y que en caso de que le compren el terreno, que sea lo suficientemente como para costear el alquiler en otro lugar.


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