Nadie escapa a la amenaza que representa
el aire contaminado, “desde el vientre materno hasta la tumba”, advirtió el
director general de la Organización Mundial de la Salud durante la inauguración
de la Primera Conferencia Mundial sobre Contaminación del Aire y Salud.
La polución atmosférica representa uno de los mayores retos para
la salud mundial y hay que actuar con urgencia para
detenerla, afirmó este martes el máximo responsable de la
Organización el dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“La
contaminación del aire mata a 7 millones de personas cada año.
En todo el mundo, 9 de cada 10 personas respiran aire contaminado debido a las
emisiones del tráfico, la industria, la agricultura y la incineración de
residuos”, dijo.
A
estas cifras hay que añadirle que unos 3000 millones de personas usan
habitualmente combustibles contaminantes en el interior de sus hogares para
cocinar y calentarse, y que un tercio de las muertes por ataques cardíacos,
accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias
crónicas se deben a la contaminación atmosférica.
Un peligro que respiramos
“Nadie se escapa desde el
vientre materno hasta la tumba”, manifestó gráficamente el
director general de la OMS al describir el peligro que entraña el respirar aire
tóxico.
Pese
a esta compleja situación, Tedros manifestó su optimismo ya que los 7 millones
de muertes son prevenibles. “Tenemos todo lo que necesitamos para
actuar”, resaltó.
Entre
las medidas que está implementando la OMS destacó la capacitación de los
profesionales de la salud y una mejor coordinación para actuar en
los ámbitos de la energía, el clima y el medio ambiente, mediante acuerdos
mundiales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París sobre
el Clima y la Agenda Urbana 2030.
Otro
de los objetivos básicos que apuntó es involucrar a los sectores del
transporte, la planificación urbana, la vivienda, la energía y el medio
ambiente, proporcionándoles las herramientas, los recursos y el apoyo
necesarios para evaluar los impactos en la salud de sus decisiones políticas.
El
dr. Tedros también pidió un compromiso mundial que
englobe a gobiernos, líderes comunitarios, alcaldes, la sociedad civil, junto
al sector privado y al ciudadano de a pie.
Del
mismo modo, solicitó un acuerdo, tanto por parte de las ciudades como de los
países, para cumplir con las normas de la OMS en
materia de calidad del aire durante los próximos 12 años y alcanzar un pacto
“unánime” sobre la necesidad de un mundo libre de contaminación atmosférica.
La Primera Conferencia Mundial sobre
Contaminación del Aire y Salud se celebra durante dos días en la sede de la OMS
en Ginebra y cuenta con la participación del Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente, la Organización Meteorológica Mundial, la
Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático, entre otras organizaciones.
La
Conferencia surge en respuesta al mandato de la Asamblea Mundial de la Salud en
la lucha contra una de las causas más importantes de muerte prematura en
el mundo.
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