Acto en la sede de la ONU
sobre financiación para la educación de la Agenda 2030 sobre desarrollo
sostenible
La calidad de la educación de un niño
nacido en un país rico depende de factores que están fuera de su control o el
de sus padres, como el nivel socioeconómico o la lengua materna, reveló un
estudio divulgado este martes por el Fondo de la ONU para la Infancia.
Un nuevo índice elaborado por UNICEF mostró que vivir en una de
las principales economías del mundo no garantiza un acceso igualitario a la
educación de calidad y que los niños de países menos ricos a menudo tienen un
mejor desempeño escolar pese a contar con menos recursos.
El
informe clasifica a 41 países de la Unión Europea y la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE) según las inequidades educativas en
los niveles preescolar, primario y secundario.
El
ranking toma en cuenta la relación entre los logros académicos de los niños y
factores que incluyen la ocupación de los padres, los antecedentes
migratorios, el género y las características de las escuelas.
La
doctora Priscilla Idele, directora de Innocenti, el Centro de Investigación de
UNICEF, consideró que los países desarrollados podrían ofrecer a sus niños
altos estándares educativos y equidad para acceder a ellos.
“Pero
todos los países ricos pueden y deben hacer mucho más para que los niños
de las familias desfavorecidas no se queden atrás”,
enfatizó.
Diversos
niveles de desigualdad
El
estudio señala que los países tienen diferentes niveles de desigualdad en las
distintas etapas educativas. Por ejemplo, Irlanda y Eslovenia son los más bajos
en los registros preescolares, pero mejoran a una escala media en la educación
primaria y destacan entre los diez mejores en la secundaria. En cambio, el caso
de Francia es opuesto con un muy alto nivel de preescolar y muy bajo en
secundaria.
De
acuerdo con UNICEF, el país con menos desigualdad en
los tres niveles educativos estudiados es Letonia.
En
16 de los 29 países europeos de los que se tienen datos, los niños del segmento
más pobre de la población asisten menos al preescolar que los niños más ricos y
la tendencia persiste durante toda su vida escolar. Además, entre los niños de
15 años con mejor desempeño académico, los más proclives a continuar estudiando
son los hijos de adultos con buenos empleos.
Por
otra parte, en 21 de los 25 países con mayores niveles de inmigración, los
adolescentes de 15 años de la primera generación tienden a tener un desempeño
educativo más bajo que los hijos de no inmigrantes. Sin embargo, en Australia y
Canadá el desempeño de los niños de segunda generación de inmigrantes supera al
de los no inmigrantes.
El
informe sostiene que es esencial que todos los niños tengan un acceso
justo e igualitario a los sistemas educativos y recomienda
la elaboración de políticas para garantizar una educación de calidad.
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