La producción de teléfonos inteligentes podría caer un 19% en el primer trimestre de este año, marcando la quinta caída consecutiva en el mismo periodo. Según un análisis de Credit Suisse, aún no se ha tocado fondo: la producción del primer trimestre descenderá a 289 millones de unidades, es decir, la misma que en 2013.
La producción de los iPhones de Apple podría descender en un 40% de forma secuencial de enero a marzo. En el polo opuesto, las marcas chinas de teléfonos inteligentes han ido ganando terreno a expensas de Apple y Samsung, con modelos más precisos y menos caros.
Samsung sigue liderando el sector, aunque le pisan los talones sus más competitivos rivales de Android. Huawei, por ejemplo, aseguró en diciembre que había producido en 2018 más de 200 millones de unidades.
La confirmación de la crisis viene de la AMS de Austria, que fabrica la tecnología de reconocimiento facial. Se convirtió en el último proveedor de Apple en recortar sus previsiones de ingresos, lo que se suma a la creciente evidencia de que los últimos iPhones no se están vendiendo bien. El grupo, que cotiza en bolsa en Suiza, redujo sus perspectivas de ingresos para el cuarto trimestre en un 15 por ciento.
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