"Como Gobierno responsable que somos, tenemos que mantener la ley y el orden por un lado y evaluar la situación para el mayor interés de Hong Kong por otro", anunciaba Lam ante la prensa. "Incluyendo la restauración de la calma en la sociedad lo antes posible y evitar así que haya más daños".
El Ejecutivo trata así de frenar las constantes y masivas protestas que se venían sucediendo desde hace una semana en las calles de Hong Kong contra la medida, cuya votación final estaba prevista para el 20 de junio. Mediante la misma, tanto el Ejecutivo como los tribunales de la excolonia británica podían tramitar las solicitudes de extradición de jurisdicciones sin acuerdos previos. Según los opositores a la misma, esto significaba que tanto activistas como periodistas críticos o disidentes residentes en Hong Kong podrían ser enviados a China para ser juzgados.
Los manifestantes tenían pensado hacerse oír de nuevo este domingo. La suspensión temporal indefinida de la propuesta de ley supone una victoria sin precedentes para los manifestantes hongkonéses.
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