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China construye el puente en Croacia y Europa paga la factura



En la bahía de Mali Ston está siendo construido el puente de Peljesac, que cuando esté terminado servirá para unir dos zonas de Croacia, actualmente separadas por territorio bosnioherzegovino. La obra es financiada, principalmente, por la Unión Europea, pero quien la construye no es una empresa europea sino un consorcio chino, encabezado por una de sus empresas estatales.

"Los chinos tienen una industria del acero muy poderosa. Fabrican el acero en fábricas chinas y luego lo traen hasta aquí en barcos", explica Jeroslav Šegedin, portavoz de la compañía pública croata Hrvatske Ceste.

Acero y mano de obra chinos

Buena parte de la mano de obra también ha venido del país asiático. Más de 300 obreros chinos se encargan de verter el hormigón en las bases de acero. Estos obreros que viven en contenedores y están trabajando a marchas forzadas para completar el proyecto antes de agosto de 2022, porque la empresa china ha ganado la licitación con la promesa de terminar el trabajo en 36 meses .

Este proyecto no solo plantea interrogantes por el hecho de que sean los chinos quienes lo construyan sino también porque si, en un futuro, Bosnia Herzegovina entra en la Unión Europea y en el espacio Schengen, el puente resultaría inútil, si de lo que se trata es de evitar fronteras.


El Gobierno croata y la empresa constructora subrayan que, en cualquier caso, esta obra servirá para tener una carretera más segura y más rápida. Entre los habitantes croatas de la zona tampoco hay dudas: el puente es necesario.

"Creo que es más fácil construir un puente que tratar de arreglar algo en Bosnia Herzegovina", comenta una joven de la localidad de Komarna

"Es agotador y tedioso tener que cruzar tres fronteras cuando salimos. Es un desastre", añade una mujer.
Un proyecto de 420 millones de euros pagado al 85 % por la Unión Europea

El puente de Peljesac medirá 2,4 kilómetros y costará 420 millones, de los que la Unión Europea pagará el 85 %, es decir, 357 millones de euros.

El consorcio chino ganó la licitación pese a todos los recelos y temores que despierta en Bruselas la multiplicación de inversiones del gigante asiático en territorio comunitario.




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