El Palacio de Liria, una de las joyas escondidas de Madrid, abrirá sus puertas al público el próximo 19 de septiembre, aunque desde ahora mismo ya cuenta con una invitada de excepción, la decimotercera duquesa de Alba. El retrato de la noble pintado por Goya ha regresado al palacio, prestado por el museo Thyssen. El duque Carlos Fitz-James Stuart, jefe de la Casa de Alba, acudió a recibirla.
Esta obra viene a enriquecer la colección excepcional de Liria, que incluye pinturas de Goya, Velázquez, Rubens o Tiziano, así como una biblioteca única que tiene, entre otras joyas, una primera edición del Quijote.
Una casa en la que "la historia pesa"
"Cuando el visitante acceda al palacio se va a dar cuenta de que no está en un museo comercial, porque esto no es un museo, es un palacio, es una casa habitada, y por supuesto es muy famosa la pinacoteca, la colección pictórica es de las más importantes de España. Esta es una casa donde, desde el primer momento que entras, la historia pesa", afirma Alejandro Romero Sánchez-Arjona, responsable de cultura de la Casa de Alba.
El Palacio de Liria, construido en el siglo XVIII, fue la residencia principal de la fallecida duquesa de Alba y ahora lo es de su hijo Carlos. Como dato anecdótico, aquí murió en 1920 la última emperatriz y esposa de Napoleón III, María Eugenia de Montijo. Este el tercer palacio que la familia abre a los visitantes desde 2016 para tratar de rentabilizar su patrimonio.
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