Dos formas opuestas de entender la vida han chocado frontalmente este viernes en varias ciudades europeas. En París, decenas de personas han participado en el "Block Friday", una protesta para bloquear el consumismo dominante y especialmente ostensible en esta jornada del Black Friday, el día de descuentos especiales con el que se inaugura la temporada de compras navideñas.
En el centro de Madrid, activistas de Greenpeace han colgado una pancarta gigante sobre un anuncio de coches (mucho mayor aún) para denunciar la estrecha relación que existe entre el consumismo y la crisis climática. Para ellos el viernes negro de los negocios es aún más negro para el planeta.
El dedo acusador apunta a Amazon
Volviendo a Francia, cientos de personas han protestado contra el gigante del comercio en línea Amazon, al que acusan de fomentar la sobreproducción y el consumismo desenfrenado a través de la red y de provocar estragos en el pequeño comercio y ofrecer puestos de trabajo mal pagados, estresantes y precarios, problemas que conocen de primera mano decenas de transportistas de Amazon que se han puesto en huelga cerca de Turín, en Italia.
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