Nicolás Maduro despide desde el Palacio de Miraflores, en Caracas, el que ha sido su año más complicado. Triunfalista y desafiante se ha dirigido a los venezolanos y ha defendido su política a pesar de la crisis económica y social que atraviesa el país. "Triunfó la paz. Venció la vida a pesar del bloqueo y la agresión imperalista, a pesar del expolio que hoy cometen las decadentes potencias occidentales contra los bienes de una nación, digna y rebelde", anunciaba Maduro.
Maduro resiste a un año no exento de presiones. Por un lado, las de la oposición, respaldadas por parte de la comunidad internacional y lideradas por Juan Guaidó, que en enero de 2019 se juramentaba presidente de Venezuela en un pulso que Maduro denunciaba como Golpe de Estado.
Por otro, la presión de las protestas ciudadanas a favor de su dimisión, lo que generó fuertes enfrentamientos entre partidarios de Guaidó y las fuerzas del orden.
A pesar de las tensiones, Maduro no se ha echado a un lado y ha negado las denuncias de crisis humanitaria que vive Venezuela. El nivel de vida del país se deteriora y los venezolanos se enfrentan a la alta inflación, los bajos salarios, y la escasez de alimentos, medicinas, y gasolina.
Todo eso, unido a la represión a los disidentes del régimen chavista, ha provocado que cerca de 4,5 millones de venezolanos dejen el país, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones.
Video de cortesía:
https://www.imparcialrd.do
%206.45.20%20p.m..png)
