Durante más de una semana, el residente de Shanghái que se ha atrevido a salir a la calle ha encontrado una paz y una tranquilidad desconocida en la ciudad, casi surrealista.
La epidemia del coronavirus ha paralizado gran parte de China, pero quizás en ningún lugar el cambio ha sido tan radical como en la ciudad más grande del país.
"En los últimos dos días, se han reportado menos infecciones nuevas en China, lo cual es una buena noticia. Pero, al mismo tiempo, advertimos de que no hay que confiarse y de que los números podrían subir de nuevo. Como saben, las curvas de epinefrina pueden zigzaguear", explicaba en rueda de prensa Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Verduras frescas y suministros médicos se han llevado apresuradamente a la provincia de Hubei en el centro de China central, donde muchos lugares han sido cerrados para contener la propagación del nuevo coronavirus.
Estados Unidos ofreció el viernes hasta 100 millones de dólares a China y otros países afectados para combatir la rápida propagación del coronavirus. Por su parte Canadá ha habilitado bases militares para mantener en cuarentena a quienes pudieran haber estado en contacto con el virus.
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