Los aficionados quieren volver a los estadios cuanto antes para animar, in situ, a sus correspondientes equipos. Pero la situación, hoy día, no permite que lo hagan. Una concentración masiva de personas puede aumentar considerablemente la posibilidad de que se produzcan nuevos contagios de COVID-19 y se vuelvan a alcanzar las dramáticas cifras que se registraron hace algunas semanas.
"El peligro es que si levantamos las restricciones demasiado pronto, desperdiciamos todos los sacrificios que se han hecho hasta el momento. Hay que recordar que aún estamos en medio de una pandemia mortal. ¿De acuerdo? A nivel mundial, probablemente, estamos en las primeras etapas de esa pandemia", declara el profesor Stephen Reicher, miembro del Grupo Asesor de la COVID-19 para Escocia.
En un futuro cercano no será posible ver las imágenes que, antes de marzo, se producían en los grandes eventos deportivos. Algunos países permiten la asistencia de un número reducido de aficionados a determinadas competiciones. Ponen a prueba las medidas establecidas contra el coronavirus.
"Poner fecha a la vuelta de los aficionados no tiene sentido. Podrán volver cuando la pandemia esté suficientemente controlada y cuando nuestros medios para lidiar con el coronavirus, las pruebas y los sistemas de rastreo y seguimiento, funcionen lo suficientemente bien como para hacerle frente con garantías", añade profesor Stephen Reicher.
Los expertos en la materia consideran que el nivel de contagios de un país debe ser de alrededor de un nuevo caso por millón de habitantes, al día, para contemplar la posibilidad de permitir que los aficionados vuelvan, a los estadios, con garantías.
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