España materializa su solidaridad con Honduras, tras el paso arrasador de los huracanes Iota y Eta. La reina Letizia llegó este lunes al país centroamericano para entregar un cargamento de 120 toneladas de ayuda de emergencia.
El avión de la Fuerza Aérea Española aterrizó en una base en La Ceiba, donde Letizia fue recibida por el ministro hondureño de Exteriores, Lisandro Rosales. Desde allí, la reina se ha trasladado por carretera a San Pedro Sula, a unos 190 kilómetros de distancia, cuyo aeropuerto quedó gravemente dañado por las inundaciones.
La ayuda española incluye desde test de COVID-19 a tiendas de campaña, pasando por camas plegables, productos de higiene o mosquiteras.
Cien mil personas en albergues y campamentos
Honduras, con sus 9 millones y medio de habitantes, fue el país centroamericano que sufrió de forma más devastadora, primero el embate del huracán Eta, a principios de noviembre, y, dos semanas después, el de Iota. Las imágenes del desastre trajeron a la memoria de muchos las de huracán Mitch en 1998.
Las fuertes lluvias e inundaciones arrasaron carreteras, viviendas, escuelas y cultivos, sobre todo, en las regiones del norte y el occidente. Además de un centenar de fallecidos, medio millón de personas tuvieron que ser evacuadas.
Alrededor de 100.000 damnificados siguen aún alojados en hacinados albergues y precarios campamentos, convertidos en preocupante caldo de cultivo para los contagios de COVID-19.
Pandemia, catástrofes, pobreza y violencia: catalizadores para la emigración
La combinación de pandemia y catástrofes naturales ha deteriorado aún más la maltrecha economía de Honduras, uno de los países más pobres de Centroamérica, que este año sufrirá una caída del PIB de entre el 7 y el 8 %.
Estos factores, unidos a otros, como la violencia, vuelven a actuar como catalizadores de la emigración. La semana pasada, una nueva caravana de hondureños emprendió el viaje hacia Estados Unidos desde San Pedro Sula.
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