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¿Qué sabemos sobre la relación entre las vacunas de Pfizer y Moderna y la parálisis de Bell?




Una dosis de vacuna utilizada en California 

Los usuarios de redes sociales, muy atentos a todo lo que rodea las vacunas contra la COVID-19, están compartiendo con profusión noticias sobre un posible nexo entre las vacunas de Pfizer/ BioNTech y Moderna con la parálisis de Bell, un síndrome generalmente temporal que afecta a la mitad de la cara.

Muchos comparten imágenes estremecedoras de pacientes de la enfermedad que, en realidad no corresponden a personas vacunadas contra la COVID-19.

Esto es lo que sabemos de la posible -aunque parece que remota- relación entre el síndrome de Bell y las vacunas.

El origen de esta relación se encuentra en una nota de la FDA, la agencia estadounidense del medicamento, que pide a los profesionales sanitarios una "vigilancia" particular sobre posibles casos entre las personas vacunadas, después de que se haya autorizado el uso a gran escala de la vacuna de Pfizer/ BioNTech. La Federal Drugs Administration estudia aprobar la vacuna de Moderna este mismo jueves.

La FDA se basa en los resultados de los ensayos clínicos, no en casos que se hayan detectado durante la vacunación.

Según relata la FDA, Moderna detectó cuatro casos de parálisis de Bell entre sus más de 22.600 participantes. Uno de ellos ni siquiera había recibido la vacuna, sólo el placebo. La FDA considera que todos ellos tenían posibles condiciones que les predisponían a sufrir el síndrome pero que no se puede descartar totalmente una relación.

En el caso de Pfizer/BioNTech se detectaron cuatro casos -todos ellos vacunados- entre sus más de 43.448 participantes, sin que se tuvieran datos suficientes para establecer una relación causa efecto.

La propia FDA considera que la tasa de casos de parálisis de Bell coincide con la incidencia de este síndrome entre la población general "y no hay una base clara para concluir una relación causal en este momento, pero la FDA recomendará la vigilancia de los casos de parálisis de Bell con el despliegue de la vacuna en poblaciones más grandes" dice la nota.


La parálisis o síndrome de Bell es una afección del nervio que regula los músculos faciales. No se sabe con certeza, pero se cree que está causada por una inflamación del nervio relacionada con infecciones por virus y/ o por disfunciones del sistema inmunitario.


Puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más frecuente en mayores de 65 años. También es más frecuente en personas con diabetes o mujeres embarazadas.
En general es una afección leve, que desaparece por sí sola en aproximademente un mes. La recuperación completa puede llevar hasta seis meses.

De hecho la incidencia de muertes entre los voluntarios es mucho mayor que la de la parálisis de Bell. Entre los voluntarios de Moderna murieron 13 personas: 6 habían recibido la vacuna y 7 el placebo. Entre los de Pfizer/ BioNTech murieron séis personas. Cuatro de ellas habían recibido el placebo.

A falta de más datos, las muertes, los casos de parálisis de Bell o las reacciones alérgicas, no parecen inquietar a los expertos. Todo indica que se trata de situaciones bastante corrientes en el desarrollo y pruebas de cualquier vacuna o medicamento.



Solo que nunca antes se había prestado tanta atención a cada detalle del proceso.