La entidad formada tras el visto bueno del gobierno español a la privatización de Bankia y su aborción por La Caixa ha confirmado a los sindicatos el mayor ere de la historia de la banca española, un plan para prescindir de 8291 empleados, el 18,7 por ciento de la plantilla del mayor banco privado de España.
La disminución de la competencia y el aumento de la concentración bancaria viene acompañada de una perdida de empleos como requisito anunciado para hacer rentable la entidad. Bankia recibió veinticuatro mil millones de euros de dinero público de los que no devolvió cerca del 86 por ciento.
El gobierno español ha subrayado que de no haberse producido la absorción los despidos serían aún más numerosos. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró en rueda de prensa: "Con casi toda seguridad, si no se hubieran producido las fusiones correspondientes en el marco de las entidades financieras, estaríamos hablando incluso de un volumen de trabajadores superior porque hay, es importante recordarlo, en el entorno financiero necesidades de concentración para que justamente podamos preservar el empleo que podamos preservar de forma óptima."
En total la banca privada española a Caixabank, Santander y BBVA planea este año más de 18.000 despidos en plena crisis económica producida por la pandemia.
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