Estados Unidos anuncia la expulsión de 10 diplomáticos rusos y confirma una nueva ronda de sanciones contra Moscú.
Washington dice responder así a la interferencia rusa en las elecciones presidenciales del año pasado, así como al hackeo, también en 2020, de agencias federales. Con ello, y por primera vez, Estados Unidos vincula de manera explícita esa intrusión a un servicio de inteligencia ruso.
Junto a la expulsión de los 10 diplomáticos, la administración Biden sanciona a seis empresas a las que relaciona con el ataque cibernético, además de a una treintena de entidades o personas por su interferencia en las elecciones del pasado 3 de noviembre. Las medidas adoptadas no tardaron en recibir públicamente el respaldo de los miembros de la OTAN.
Reacción de Moscú
Desde el Kremlin recuerdan que estas medidas no hacen más que empeorar unas relaciones cada vez más tensas. Las palabras de Maria Zakharova, portavoz del ministerio de Exteriores de Rusia, no podían ser más claras:
"Hemos advertido a Washington en numerosas ocasiones sobre las consecuencias de sus acciones hostiles que aumentan peligrosamente el nivel de confrontación entre nuestros países", decía Zakharova. "Esta dirección no responde a los intereses de las naciones de dos estados nucleares líderes que son históricamente responsables de los destinos del mundo".
La decisión de Estados Unidos se produce tras una llamada telefónica entre los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin sobre el estado actual de las relaciones entre ambos países, e incluye tambien sanciones referentes a las acciones rusas en Afganistán y en Ucrania.
Desde Moscú también alertan de que este movimiento no ayuda tampoco a sacar adelante el sugerido encuentro entre Vladimir Putin y Joe Biden, que hace un mes llegaba a llamar "asesino" a su homólogo ruso, y los cuales hoy por hoy están muy lejos de entenderse.
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