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LOS FRAILES CAPUCHINOS CELEBRAN 112 AÑOS DE PRESENCIA EN LA REP. DOMINICANA: ¿CÓMO ENCUENTRAN EL PAÍS Y HACIA DÓNDE VAMOS?




Los frailes menores capuchinos procedentes de Andalucía (España), fueron los primeros religiosos que comenzaron hacer su aparición después de un largo tiempo de ausencia del clero extranjero. Llegan al país (6/8/1909) y se dedicaron fundamentalmente a las misiones populares y al servicio de la vida pastoral, dando respuestas a grandes vicisitudes de la sociedad. La educación fue una de las necesidades básicas. Fundaron escuelas para alfabetizar a niños y jóvenes, y múltiples obras sociales

Acción Misionera

Los frailes capuchinos llegaron a la R. Dominicana en el año 1909, cuando el 80% de la población era analfabeta y cuando había una falta de clero desesperanzadora.

Los primeros objetivos que se marcaron los frailes al llegar fueron muy claros y concretos: debían construir iglesias, salones parroquiales para multiuso, y crear colegios para prevenir y combatir el creciente analfabetismo del pueblo. La educación fue su primera necesidad que descubrieron estos primeros misioneros al llegar a esta tierra.

A los primeros religiosos que llegaron a este país les tocó trabajar en condiciones muy adversas, y situaciones difíciles, incluso algunos hermanos tuvieron que soportar la persecución de algunos de los líderes políticos de la época (durante la ocupación militar norteamericana, tiranía trujillista: Monseñor Francisco Panal, por ejemplo).

Se dedicaron en su acción pastoral al cuidado de los enfermos de lepras, la inserción en los barrios más paupérrimos de la capital manteniendo una saludable cercanía con este segmento vulnerable de la población.


¿CÓMO ENCUENTRAN LOS CAPUCHINOS EL PAIS 112 AÑOS DESPUES?

El pueblo dominicano donde los frailes capuchinos han trabajado desde 1909, muestra desintegración, descomposición y fragmentación social.

Pese al buen manejo del presidente actual frente a la pandemia.

La sociedad actual que sufre los embates del COVID 19 atraviesa por una profunda crisis no solo sanitaria, sino también psicosocial creando en la persona ciertos desequilibrio emocional que afecta principalmente el fomento de una estabilidad emocional y afectiva en la vida familiar.

Hacemos un llamado a los profesionales de la salud a vigilar la salud mental del dominicano. Es sumamente preocupante el número de suicidio y feminicidio en la población, como también el comportamiento con ciertas actitudes agresivas fruto de la descomposición social (convivencia vs. violencia).

Otra gran problemática que preocupa a los frailes capuchinos como intérprete de los signos de nuestros tiempos es la manera como administramos la CASA COMUN: ese excesivo consumo de energía por el desmonte masivo, los efectos invernaderos y el dióxido de carbono, que causa deterioro y muerte del planeta.

Los frailes capuchinos como seguidores y responsables de promover la tolerancia como quinta esencia del carisma franciscano y en medio de un mundo competitivo, hambriento de compasión social, ofrecemos a nuestros jóvenes una formación integral fundamentada en los valores humanos cristianos siguiendo la pedagogía de nuestro fundador San Francisco de Asís modelo de simplicidad.

Nuestro mayor desafío para nuestro tiempo actual es fomentar en nuestros jóvenes una educación integral, donde se desarrollen todas sus facultades que les permitan empoderarse de los nuevos desafíos que exige sociedad actual.

Los frailes capuchinos sienten la necesidad y la responsabilidad por una vida pastoral más articulada y una formación de conciencia social en nuestro pueblo. Nuestro mayor compromiso como hijo de san Francisco es mantener una cercanía afectiva con nuestro pueblo sencillo.

En fin, hacemos un llamado a nuestro presidente a no escatimar esfuerzos y enrumbar el país por un mejor progreso satisfaciendo las necesidades básicas de la población más vulnerable y que la nación goce de una paz estable y disfrutar de una saludable convivencia afectiva y efectiva.