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Científicos estudiarán el ADN ambiental para monitorear el efecto del cambio climático en sitios marinos del Patrimonio Mundial




La fotografía de personas remando en Tonga, uno de los Estados insulares del Pacífico, demuestra los vínculos innatos que los humanos tienen con el océano.


El ADN ambiental se obtiene analizando muestras de suelo, agua, aire y otros elementos del medio. El objetivo del proyecto coordinado por la agencia de la ONU para la ciencia es evaluar los avances en la protección de los ecosistemas marinos, destacados por su biodiversidad y porque representan etapas de la evolución del planeta.


A partir de este lunes, ciudadanos de comunidades costeras guiados por expertos empezarán a colectar muestras de ADN ambiental en los sitios marinos del Patrimonio Mundial para estudiar la vulnerabilidad de las especies al cambio climático e informar sobre el progreso de los esfuerzos por protegerlas.

El proyecto es liderado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) e implementado por científicos y residentes de los sitios, que tomarán muestras del material genético de los desechos, las mucosas o las células de los peces de determinados lugares marinos del Patrimonio Mundial, con el fin de hacer un seguimiento de las especies.
¿Qué es el ADN ambiental?

La UNESCO explicó que el ADN ambiental está compuesto de muestras del medio ambiente como el suelo, el agua y el aire.

En la actualidad, el principal desafío para la conservación marina mundial es que no existe información de referencia completa que permita un análisis global de la riqueza, composición o patrones de migración de especies. Esa falta de información impide la toma de decisiones locales basadas en la ciencia.


Según el organismo de la ONU, el aumento del conocimiento sobre la biodiversidad permitirá esfuerzos de gestión eficaces y ayudará a cuantificar el papel central de las áreas marinas protegidas para la preservación de especies en peligro de extinción.
Iniciativa pionera

La iniciativa es pionera en su género puesto que la utilización del ADN ambiental en la vigilancia de los océanos está empezando y será este proyecto el que determine los protocolos estándar para el muestreo y la gestión de datos.

Por primera vez se aplicará una metodología coherente en diversas áreas marinas protegidas de forma simultánea, lo que marcará el establecimiento de normas mundiales en el ámbito del muestreo y prácticas de seguimiento y gestión de datos, además de que la información será pública.

Los sitios marinos del Patrimonio Mundial de la UNESCO son reconocidos por su biodiversidad única, sus ecosistemas excepcionales o por representar etapas importantes de la historia de la Tierra.

Actualmente existen 50 sitios marinos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, todos incorporados desde 1981, cuando se inscribió la Gran Barrera de Coral de Australia.

El proyecto de ADN ambiental durará dos años y ayudará a medir las repercusiones del cambio climático en los patrones de distribución y migración de la vida marina en los sitios del Patrimonio Mundial.
Publicación de datos

Los datos obtenidos se publicarán en el Sistema de Información sobre la Biodiversidad de los Océanos, el mayor sistema mundial de datos de libre acceso sobre la distribución y diversidad de las especies marinas, mantenido y apoyado colectivamente por una red global de miles de científicos, gestores de datos y usuarios con el propósito de avanzar en el conocimiento de la vida en el océano y ayudar a establecer indicadores que sirvan como base para las políticas de conservación y gestión.

Este proyecto es auspiciado la Comisión Oceanográfica Intergubernamental y el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, con el apoyo del gobierno de Flandes.