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Donde más creció la libertad de prensa fue en República Dominicana



Ejecutivos de medios impresos y digitales del continente americano y de España participan de manera virtual, debido a la pandemia, en la 77 Asamblea General de la SIP


EFE


Miami, Estados Unidos.- El “modelo autoritario” del expresidente estadouni­dense Donald Trump no solo afectó a la prensa de este país, sino que además tuvo sus “réplicas y varia­ciones” en otras naciones de Latinoamérica con pe­riodistas que enfrentan hoy una estigmatización oficial, según afirmaron este miér­coles varios comunicado­res.

Uno de los casos más se­ñalados durante un panel de la 77 Asamblea General de la Sociedad Interameri­cana de Prensa (SIP), dedi­cado específicamente a la estigmatización oficial con­tra la prensa, fue el del pre­sidente salvadoreño, Nayib Bukele.

“Bukele es un excelen­te alumno de los modelos autoritarios. Ahora está de­clinando su popularidad, pero ya ha consolidado el poder”, dijo el periodista salvadoreño Ricardo Ave­lar al reseñar la situación actual de la prensa en su país, afectada por una “pi­rámide de agresión” oficial.

Esa pirámide, señaló, “empieza con Bukele con difamaciones a periodis­tas, comienza a bajar a sus bases, a los diputados, y luego se vuelve más agre­siva”, detalló el periodista del medio digital elsalva­dor.com

Durante la sesión, en la que también participaron periodistas de México, Ar­gentina y Estados Unidos, Avelar advirtió de que en El Salvador “se está confi­gurando un clima de auto­censura” a partir de presio­nes oficiales, entre ellas “la amenaza constante de ce­rrar medios”.



“Estamos viendo un ca­mino acelerado de cómo la estigmatización se va con­virtiendo en violencia. Yo cubro política, temas de es­tado de derecho, pero su base (la de Bukele) no está muy interesada en estos te­mas”, apuntó Avelar, para quien el actual presidente ha perdido popularidad en los últimos meses.

En su opinión, el Gobier­no salvadoreño “está per­diendo en las redes y em­pieza a perder en la calle”, dijo en referencia a los más de 40,000 salvadoreños, se­gún sus cifras, que protesta­ron en la vía pública el pa­sado 15 de septiembre por diversas decisiones tomadas en poco más de dos años de Administración, tales como la adopción del bitcóin y la deriva “autoritaria” del man­datario.

“En El Salvador tenemos pequeños Trump”, acotó.

Cerrados a la crítica
En este mismo contexto de intento de control de los me­dios de comunicación habló la periodista mexicana Mar­tha Ramos para referirse al presidente de México, An­drés Manuel López Obrador.

“Es una persona que no está abierta a la crítica” mientras “gusta mucho de empaparse de pueblo, casi como si estuviera en campa­ña”, comentó.

“Lo peligroso es un esti­lo de romper con los medios que están asumiendo gober­nadores como el de Puebla y Baja California, con des­calificaciones constantes e increíblemente personales señalando con el dedo a re­porteros”, precisó Ramos, coordinadora nacional de la Organización Editorial Mexicana.

Desde Argentina, el comu­nicador Daniel Dessein se re­firió a “una crisis de reproches cruzados y de peleas intesti­nas” entre la coalición gober­nante que afecta significativa­mente al trabajo de la prensa.

Según Dessein, en las últi­mas semanas se dieron “re­criminaciones cruzadas” que han agudizado las críticas contra el periodismo “en una de las alas de la colación, el kirchnerismo”.

Mencionó como ejemplo la reacción en redes sociales del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, en contra del humorista gráfico Cris­tian Dzwonik (conocido co­mo Nik), quien cuestionó en un tuit la decisión del gobier­no nacional de regalar elec­trodomésticos en un inten­to por captar votos para las elecciones de medio térmi­no que se celebrarán el 14 de noviembre.

Fue “un mensaje intimi­datorio contra el conocido dibujante de La Nación en el que se metió con las hijas del humorista, y ahí cruzó una barrera, porque parece una táctica mafiosa (...)”, dijo.

Ricardo Trotti, presi­dente de la SIP, dio cuenta igualmente del estado de la prensa en Brasil, donde un informe recogió “numerosos casos de intimidación a pe­riodistas y ataques físicos y verbales frecuentes” por par­tidarios del presidente, Jair Bolsonaro.

Sasha Dudding, del Co­mité de Reporteros por la Libertad de Prensa en Esta­dos Unidos (RCFP, por sus si­glas en inglés) afirmó, por su parte, que en EE.UU. “el dis­curso de Trump” se ha con­vertido “en violencia física” y en una retórica de presentar casos en los tribunales.

“Aquí se ve mucho una re­tórica que ha permitido que mucha gente presente de­mandas judiciales. El que se ve reflejado en una historia que no le gusta se siente em­poderado para cursar una demanda, se ha vuelto algo contagioso”, argumentó Du­dding.

Como moderador del pa­nel, Carlos Jornet, direc­tor de la comisión de Liber­tad de Prensa de la SIP, dijo que “Trump, de algún mo­do, aprendió de los populis­mos latinoamericanos” y es­tos luego han replicado a su vez su modelo.

Respetan libertad prensa
Uruguay y Chile son los úni­cos países de América con plena libertad de prensa, un derecho fundamental que no existe en Nicaragua, Cu­ba y Venezuela, según el se­gundo Índice de Chapulte­pec, que también muestra que Argentina fue el país donde esa libertad más re­trocedió y República Domi­nica donde más creció.

El segundo Índice de Chapultepec, que mide el estado de la libertad de prensa en 22 países ame­ricanos y es realizado por expertos de la Universidad Andrés Bello de Venezuela, fue presentado este miér­coles durante la Asamblea General de la Sociedad In­teramericana de Prensa (SIP).

La herramienta, a la que se han hecho ajustes para adecuarse a la realidad de que “los autoritarismos se van perfeccionado”, según dijo Carlos Jornet, presiden­te de la Comisión de Liber­tad de Prensa e Información de la SIP, incluye datos ob­tenidos entre el 31 de julio de 2020 y el 1 de agosto de 2021.

La puntuación obtenida en promedio son 55,61 pun­tos de un máximo teórico de 100, 4,19 puntos más que en la primera edición (51,42 puntos). León Hernández, uno de los especialistas de la Universidad Andrés Bello, dijo que hay una diferencia de 78,39 puntos entre el país que encabeza la lista, Uru­guay, con 84,10 puntos, y el último, Venezuela, con 5,71 puntos.

La medición se hace con base en cuatro “dimen­siones” o ejes: “ciudada­nía informada y libre de ex­presarse”, “ejercicio del periodismo”, “violencia e im­punidad” y “control de me­dios”.

Eso permite mostrar una “fotografía” sobre el estado de la libertad de prensa en el continente más precisa y ver los puntos “fuertes” y “débi­les” de cada país.

Ricardo Trotti, director ejecutivo de la SIP, manifes­tó durante la presentación su satisfacción por el hecho de que sean dos países la­tinoamericanos los únicos que están en la franja de los que gozan de una libertad de prensa plena.

Canadá con una restric­ción baja a la libertad de prensa está en el puesto 5 de la tabla y en la franja de los países con bajas res­tricciones junto a Jamaica (puesto 3), República Do­minicana (4), Costa Rica (6), Perú (7), Paraguay (8) y Panamá (9).

Estados Unidos está situa­do en la franja de los países con restricciones parciales y en el puesto 10 de la tabla.

En esa misma área es­tán Honduras (11), Colom­bia (12), Ecuador (13), Ar­gentina (14), Bolivia (15), México (16) y Guatemala (17).

RESPETO A PRENSA
República Dominicana
Hernández mencionó el caso de República Domi­nicana, que subió diez posiciones en la tabla respecto al índice ante­rior, Ecuador, que esca­ló cuatro, y Estados Uni­dos, tres, mejoras vin­culadas a los cambios políticos en el país.

Argentina, que descen­dió 12 peldaños, y Méxi­co, que bajó cinco, son los casos donde más se aprecia un empeora­miento de la situación respecto al primer ín­dice (mayo 2019-abril 2020). Además de ha­cer ajustes en las me­diciones, en la segun­da decisión del Índice de Chapultepec se du­plicaron a diez por país los expertos de cada país consultados para elaborarlo.