Periódico Dominicano Libre de Prejuicios; Porque somos Imparcial siendo Objetivo

Imparcial RD

Hacer ejercicio puede evitar hasta cinco millones de muertes al año




Según los responsables de la Organización Mundial de la Salud, se podrían evitar hasta 5 millones de muertes al año si la población mundial fuera más activa.


En todos los países, las mujeres, los grupos étnicos minoritarios, las comunidades desfavorecidas y las personas con discapacidades o enfermedades crónicas tienen más probabilidades de permanecer inactivas. La agencia de la ONU para la salud pide a los líderes encargados de la sanidad que la promoción de la actividad física sea más universal.


La actividad física mejora la salud física, mental y social y el bienestar general; ayuda a prevenir enfermedades y reduce la carga sobre los sistemas de salud. Según los responsables de la Organización Mundial de la Salud, se podrían evitar hasta 5 millones de muertes al año si la población mundial fuera más activa.

Los responsables de la agencia de la ONU aseguran que teniendo en cuenta esas cifras, “la actividad física ya no se puede considerar como un componente ‘bonito’ para incluir en la política pública”.

Y añaden que la práctica del deporte “es un componente esencial de la ‘Salud para todos’, que es el credo de la Organización Mundial de la Salud para lograr poblaciones más sanas y un planeta más saludable. En resumen, es tiempo de velar por que la actividad física sea imprescindible”.


Sin embargo, muchas personas viven en zonas con poco o ningún acceso a espacios donde puedan caminar, correr, ir en bicicleta o realizar otras actividades físicas de forma segura. Y cuando existen esas opciones, puede que no se hayan desarrollado para satisfacer las necesidades de los adultos mayores o las personas con discapacidad.

Las estadísticas muestran que uno de cada cuatro adultos de todo el mundo no realiza la actividad física suficiente que le permita aprovechar sus beneficios y revelan que, en todos los países, las mujeres, los grupos étnicos minoritarios, las comunidades desfavorecidas y las personas con discapacidades o enfermedades crónicas tienen más probabilidades de permanecer inactivas.

Por ejemplo, Las mujeres son menos activas que los hombres, con una diferencia de más del 8% a nivel mundial (32% hombres frente a 23%, mujeres). Los países de renta alta son más inactivos (37%) en comparación con los de renta media (26%) y los de renta baja (16%).

Las directrices de la Organización Mundial de la Salud recomiendan que todo el mundo sea activo con regularidad para obtener beneficios para la salud mental y física. Los adultos deben realizar al menos entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada y vigorosa a la semana, y una media de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.

Los niveles de inactividad entre los adolescentes son también alarmantes, dado que al menos las tres cuartas partes de ellos no observan las directrices y, de esa proporción, en la mayoría de los países, las muchachas son más propensas a la inactividad que los muchachos.
La injusta desigualdad

La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto las desigualdades ya existentes agravándolas en las personas y las comunidades vulnerables. Los responsables de la Organización Mundial de la Salud recuerdan que demasiadas personas viven en comunidades con calles inseguras para peatones y ciclistas, con acceso deficiente a espacios públicos abiertos, y programas e instalaciones inasequibles para realizar ejercicios o practicar deportes.

“Esto es injusto y debe cambiar”, aseguran.

Por todo ello, la agencia de la ONU ha pedido a los responsables de la toma de decisiones de los sectores de la salud, el deporte, la educación y el transporte que aumenten urgentemente la oferta de programas y servicios más inclusivos y de entornos más seguros que promuevan la actividad física en todas las comunidades.

En un documento para promocionar la práctica del ejercicio físico, titulado Juego Limpio: Crear un sólido sistema de actividad física para personas más activas, los expertos de salud pública de la OMS explican cómo puede lograrse ese objetivo.

"Hay una necesidad urgente de ofrecer a las personas mejores oportunidades para llevar una vida activa y saludable. En la actualidad, las posibilidades de que las personas participen en la actividad física son desiguales e injustas. Esta desigualdad no ha hecho más que empeorar durante la pandemia de COVID-19", ha señalado la doctora Zsuzsanna Jakab, directora general adjunta de la Organización, con motivo de la presentación del documento.
Recomendaciones basadas en el conocimiento y la experiencia

El informe recuerda que la actividad física contribuye a la integración social, la igualdad de género, la empleabilidad y la educación, destaca los principales retos y oportunidades de cómo los países pueden construir un sistema de actividad física y deporte más justo, y hace un llamamiento para apoyar a los países a ampliar las acciones de promoción de la actividad física en todas sus formas, para todas las edades y capacidades.

La doctora Fiona Bull, jefa de la Unidad de Actividad Física, dijo que el informe "se basa en los conocimientos y la experiencia” y, además, “proporciona mensajes claros a todos los que trabajan para crear una sociedad más activa sobre lo que tenemos que hacer”.

El llamamiento se dirige a las industrias, la sociedad civil y los gobiernos, así como a los organismos de las Naciones Unidas, para que construyan una visión común para crear sociedades más activas a través del deporte, la marcha, el ciclismo y el juego.
Crear un sistema de actividad física más integrado

Un sistema de actividad física eficaz y efectivo debe posibilitar la puesta en práctica más equitativa y justa de los elementos propiciadores de la actividad física.

Tal sistema deberá evolucionar hacia modelos más integrados y vinculados que produzcan un efecto sostenible y mensurable, lo que a su vez atraerá mayor inversión y generará un círculo virtuoso.

Las campañas de educación, los entornos y los programas adecuados e integradores se pueden poner a disposición de todas las comunidades mediante una mejor identificación de sinergias y oportunidades.

Por ejemplo, se podrían facilitar los contactos entre programas y organizaciones; fortalecer la capacitación y los criterios profesionales entre los trabajadores, de modo que la puesta en práctica sea más coherente; establecer mejores sistemas integrados de información y evaluación de los efectos; y utilizar innovaciones en los sistemas digitales que sean accesibles.

Esto solo se podrá alcanzar en colaboración con otras partes interesadas, en particular los servicios comunitarios, los servicios de atención primaria y secundaria de salud y los servicios sociales.

Asimismo, hay tres acciones clave para crear las condiciones que permitan a las personas a hacer más ejercicio:
Crear alianzas más fuertes entre los sectores para ofrecer programas eficaces, servicios y entornos seguros que involucren y apoyen a todos a ser activos
Establecer estructuras de gobernanza y regulaciones más fuertes para garantizar que los entornos apoyen la actividad física segura y los programas y el deporte inclusivos
Adoptar mecanismos de financiación más amplios, profundos e innovadores para construir un sistema sólido y sostenible que pueda proporcionar actividad física y deporte para todas las edades y capacidades