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Flying V o la aeronave que pretende transformar el transporte aéreo




Una imagen conceptual de cómo sería el Flying V en vuelo.

Un hombre sostiene un modelo de avión en forma de V, por encima de su cabeza, y corre por un campo, hasta que lo suelta y observa cómo planea a unos metros del suelo. Este rudimentario ensayo de vuelo es el primer paso en la creación de un nuevo e ingenioso avión que, según sus inventores, podría cambiar nuestra forma de volar en el año 2041.

Roelof Vos, profesor adjunto de la Facultad de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad TU Delft (Países Bajos), trabaja con un equipo de ingenieros en la construcción del Flying V. Como su propio nombre indica, se trata de un inusual avión en forma de V que está llamado a revolucionar el diseño de los aviones, con su innovadora cabina de forma ovalada.

"Soy diseñador de aviones", afirma Vos. "Y, este avión, es precioso", añade.

El proyecto es fruto de una colaboración con KLM y Airbus, y pretende dar un golpe de efecto en el panorama de la denominada ‘aviación ecológica’.

"Queremos tener un gran impacto en la reducción del consumo de combustible. Y, este avión, está diseñado para ser más eficiente energéticamente", señala Vos. "Nos encontramos en una ‘meseta’, en cuanto a la eficiencia de la aviación, y el Flying V intenta superar esa ‘meseta’. Nos queda mucho camino por recorrer, pero este es un buen punto de partida", añade.
Prototipo del Flying V

La creación del Flying V fue idea, ahora patentada, de Justus Benad; un becario de Airbus en Hamburgo, que colocó dos fuselajes de un avión A380, entre sí, en ángulo.

La bodega de carga se sitúa dentro de las alas, detrás de una cabina ovalada de 6,1 metros de ancho, destinada a los pasajeros. Los fuselajes contienen placas que pueden retirarse fácilmente para reducir el tamaño del avión.


La integración de la aeronave con la terminal del aeropuerto se ve favorecida por dos puertas situadas juntas, para mejorar la evacuación, en caso de emergencia, y agilizar el embarque y desembarque de los pasajeros.

No tiene cola. Así que, el diseño es sencillo. Pero, el Flying V, tiene que entrar en un ángulo muy alto, como el Concorde, así que cuenta con el tren de aterrizaje más alto, jamás construido para un avión.


Roelof Vos

Profesor adjunto de la Universidad TU Delft

Vos estima que 2041 es una fecha justa para completar el objetivo de poner en marcha el primer prototipo, y admite que queda mucha investigación y desarrollo por hacer. "La estructura ovalada es completamente nueva. ¿Cómo sabemos que es eficiente?", reflexiona.

"Podríamos hacer el avión más eficiente, haciéndolo más pequeño. Pero no queremos que sea estrecho para los pasajeros. Así que, estamos explorando diferentes formas de organizar la cabina", explica Vos.

"No tiene cola. Así que, el diseño es sencillo. Pero, el Flying V, tiene que entrar en un ángulo muy alto, como el Concorde, así que cuenta con el tren de aterrizaje más alto, jamás construido para un avión. Se trata de un tren de aterrizaje de cinco metros de altura, que debe caber dentro del fuselaje. Hay muchas incógnitas al respecto", añade.

El Flying V podría ser propulsado por enormes tanques de hidrógeno líquido presurizado que sacrificaría el 70% del volumen de carga. "Pero, ese, es el compromiso que tenemos que hacer para que la aviación sea neutra en carbono", indica Vos.