Kazajistán sumida en el caos y la violencia reporta decenas de manifestantes muertos a manos de la policía durante los asaltos a los edificios administrativos del país. Lo que comenzó como una protesta contra la subida del gas en este país rico en petróleo ha acabado en una violencia masiva y con el país en estado de emergencia.
Quieren que el presidente dimita. El mandatario asumió la dirección del Consejo de Seguridad después de haber destituido a todo el Gobierno y solicitó la ayuda de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la alianza militar que agrupa a seis antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas Rusia, para poner fin a la violencia.
"Estas bandas terroristas son bandas internacionales, han recibido un amplio entrenamiento en el extranjero y su ofensiva contra Kazajistán debe ser considerada como un ataque", ha señalado el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokáyev.
Rusia ya ha respondido enviando a sus primeras tropas para que Kazajistán pueda controlar una situación que de momento ya ha supuesto que tanto el Ayuntamiento de Almaty como la residencia presidencial hayan acabado envueltas en llamas. Mientras, Estados Unidos y la ONU han protagonizado los llamamientos a la calma.
Kazajistán, un país gobernado por el mismo partido desde que se independizó de la Unión Soviética hace 30 años, es considerado un país importante por su posición estratégica.
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