La periodista de Channel One, Marina Ovszyannikova, durante su irrupción en un informativo.
Pese a la falta de libertad de prensa creciente en Rusia, varios afamados periodistas levantan la voz. El reportero y comentarista político Alexander Nevzorov está siendo investigado por denunciar el bombardeo ruso a un hospital infantil en Mariupol. Se le acusa de difundir información falsa.
Por su parte, la periodista Zhanna Agalakova, corresponsal en París para el Perviy Kanal (Canal Uno), uno de los principales canales de Rusia, anunciaba el martes su dimisión para no seguir "formando parte del aparato propagandístico del Kremlin: "Quiero que me escuchen en Rusia. Quiero que la gente de allí aprenda a distinguir la propaganda y busque fuentes de información alternativas. Quiero que la gente deje de estar "zombificada". Están condenando a un gran país, con 140 millones de personas, a la pobreza y la destrucción".
Otro caso flagrante es el de otra periodista del Perviy Kanal, Marina Ovszyannikova. Su aparición en televisión con un cartel de no a la guerra le supuso una multa de 30.000 rublos, unos 260 euros y sigue en peligro de ser juzgada e incluso ingresar en prisión. Ovzyannikova no quiso abandonar Rusia pese a que el presidente francés Emmanuel Macron, le ofreció asilo político.
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