Periódico Dominicano Libre de Prejuicios; Porque somos Imparcial siendo Objetivo

Imparcial RD

Condenado a muerte espera que la música le libre de ser ejecutado




AFP

Nueva York

La música ha ayudado a Keith LaMar a superar el día a día durante casi 30 años en el corredor de la muerte en una cárcel de máxima seguridad de Ohio. Ahora espera que le ayude a escapar de la ejecución programada para el 16 de noviembre de 2023 por un crimen que, asegura, no cometió.

LaMar está culpado de asesinar a cinco de los 9 compañeros y un guardia durante un motín iniciado el 11 de abril de 1993 por un grupo de presos musulmanes que se negaban a someterse a una prueba de tuberculosis porque el suero de la misma contenía alcohol.

"Si y cuando llegue el momento, soy una desafortunada víctima del estado (...) no será porque no traté de hacer todo lo posible a mi alcance para prevenirlo". "En este sentido, siento como si hubiera salvado mi vida", dice por teléfono a la AFP.

30 años lleva preparándose psicológica, moral y legalmente para que este momento no llegue a producirse.

En la cárcel desde los 19 años por el homicidio de un viejo amigo drogadicto que le asaltó a punta de pistola para quitarle la droga que vendía en una época en que el crack corría a raudales por las calles del país a fines de la década de 1980, LaMar reconoció entonces su culpabilidad.

Y trató de dar un giro a su vida sacándose en los primeros cuatro años, de los 18 de la primera condena, el bachillerato antes de matricularse en un programa universitario "tratando, con todas mis fuerzas, de redimirse", dice en su libro "Condenado", en el que explica su versión de aquel motín que cambió su vida para siempre.

En un país donde "la verdad solo te da la libertad si tienes suficiente dinero", con sonados casos de condenas injustas como la de Kevin Strickland, recientemente absuelto tras 43 años entre rejas por un error judicial que le condenó por un triple crimen que no cometió, LaMar quiere que se reabra su caso, porque, según él, estuvo salpicado de irregularidades como la destrucción de pruebas y la retención de información que habrían demostrado su inocencia.