El serbio Novak Djokovic fulminó las opciones de Nick Kyrgios (4-6, 6-3, 6-4 y 7-6 (3)) y se coronó con su séptimo Wimbledon, igualando los registros de William Renshaw y Pete Sampras.
Djokovic amplió su racha de imbatibilidad en el torneo de Grand Slam sobre hierba a 28 partidos, y su victoria ha logrado romper un empate con Roger Federer. Ahora se sitúa a sólo uno de los 22 títulos de Rafael Nadal como el mayor de la historia del tenis masculino.
Entre los hombres, sólo Federer, con ocho, ha ganado más títulos en Wimbledon que Djokovic. En la era profesional, sólo Federer era mayor (por menos de un año) que Djokovic, de 35 años, cuando ganó en el All England Club.
Hubo dos momentos especialmente clave que se decantaron por Djokovic, y que Kyrgios no dejó pasar, ya que empezó a hacer monólogos, a gritarse a sí mismo o a su entorno (que no incluye un entrenador a tiempo completo), a encontrar razones para no estar de acuerdo con el juez de silla (y a ganarse una advertencia por insultar) y a lanzar una botella de agua.
"El comienzo de una bonita amistad"
En su discurso de victoria, el serbio elogió el talento de Kyrgios tras batirle en la final de este domingo.
"Nick, volverás", aseguró Djokovic. "Sé que no es fácil hacer caso a las palabras de consolación tras perder una final, pero has demostrado por qué mereces estar entre los mejores del mundo. Te respeto mucho, tienes un gran talento. Ahora estás poniendo todas tus piezas juntas", añadió.
"Nunca pensé que diría algo bueno sobre ti", dijo Djokovic entre risas, sobre la complicada relación que mantuvieron en el pasado y que se arregló a partir del pasado Abierto de Australia, cuando Kyrgios apoyó públicamente a Djokovic tras su deportación.
"Es oficialmente un 'bromance'. Ojalá esto sea el comienzo de una bonita amistad".
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