Cuba contiene el aliento ante la mayor catástrofe industrial de su historia. El lunes se produjeron una serie de grandes explosiones mientras se llevaban a cabo las tareas de extinción en un parque de combustible de la localidad de Matanzas, a un centenar de kilómetros al este de La Habana. Son ya cuatro días de incendio y la mitad de los depósitos, de cincuenta mil litros cúbicos cada uno, ha sufrido daños.
"El incendio ha tomado ahora una magnitud superior. Ya están comprometidos los cuatro tanques de 50 mil (50 millones litros de capacidad). Nos encontramos defendiendo la terminal 321 donde se encuentran los tanques de productos claros principalmente evitando la propagación del incendio", ha explicado Alexander Ávalos Jorge, segundo jefe del Departamento Nacional de Extinción del Cuerpo de Bomberos de Cuba.
Hasta el momento el suceso ha provocado un muerto y 125 heridos. Además, hay 14 personas desaparecidas, la mayoría bomberos que trabajaban para apagar las llamas.
La cifra de de evacuados se eleva a más 4.000 y los residentes teman las consecuencias: "Estamos muy preocupados por los niños, los ancianos, por la economía de Matanzas y del país. No sabemos cómo terminará esto; esperamos que Dios y otros países vengan a ayudarnos."
El incendio ha provocado que solo se pueda atender un 60% de la demanda de electricidad. México y Venezuela están apoyando las tareas para la extinción de un fuego que todavía puede durar días.
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