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Andrés Bisonó León, el joven que busca una solución al problema del sargazo





Andrés Bisonó León



Andrés Bisonó León lidera un proyecto que se ha convertido en una alternativa eficiente para enfrentar el problema de la eliminación del sargazo que cada vez con más frecuencia invade las costas del Caribe. Se trata de Sargassum Ocean Sequestration of Carbon (SOS Carbon), una solución que permite recolectar y rentabilizar estas macroalgas que sirven como materia prima para la elaboración de diversos productos.

La diferencia de este procedimiento con el que proponen algunas empresas que levantan mallas retenedoras para luego recoger estas microalgas en barcazas es que esos botes pueden costar más de un millón de dólares y toma entre tres y cuatro meses para construirse, mientras que el bote de SOS Carbón cuesta alrededor de 30,000 dólares y tarda entre dos y cuatro semanas en armarse.

Las playas de República Dominicana, reconocidas mundialmente, son consideradas uno de los principales atractivos turísticos del país y que más aporte económico representan para el Producto Interno Bruto (PIB). Por eso en el 2011 causó preocupación la aparición repentina de abundante sargazo en las playas debido al impacto negativo que podría traer a la actividad turística en el país.

Esas plantas marinas no sólo empañan la belleza del paisaje, sino que desprenden un fuerte hedor y pueden causar irritación en la piel de algunas personas, según se reseña en el estudio La lucha contra el sargazo en Punta Cana, publicado por el Grupo Puntacana y la escuela de negocios Barna Management School en el 2021.



Ante ese panorama, Bisonó León vio una oportunidad de negocio y de aportar a su país mediante una iniciativa que ayudara a enfrentar esta situación y tuviera un impacto social y medioambiental. En el 2018 inició, junto a otros compañeros, un proyecto de investigación en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para interceptar el sargazo antes de que llegue a la playa y luego hundirlo en mar abierto. Así surgió SOS Carbon.

PROCESO DE RECOLECCIÓN DEL SARGAZO

Bisonó León explica que el proceso es sencillo. Consiste en instalar en las embarcaciones unos equipos que tienen capacidad para recoger alrededor 300 metros cúbicos de sargazo antes de que llegue a las costas. La otra es una tecnología que permite ‘secuestrar’ las algas en el océano para retener el dióxido de carbono (CO2 ) que contienen, evitando que lo libere en tierra, donde se convierte en contaminación. Con esto se logra un efecto positivo en el ámbito global.

El objetivo es que cada año SOS Carbon pueda eliminar millones de toneladas de carbono y así convertir el Caribe en una plataforma de exportación de remediación climática, con lo que la empresa podría generar alrededor de 200 millones de dólares al año en créditos de carbono.

Su intención es implementar estas tecnologías en todo el Caribe para mitigar el impacto ambiental y económico del sargazo, que cada año deja pérdidas millonarias en la región. Bisonó León destaca que además de los beneficios ambientales y globales, esta iniciativa tiene un efecto social porque impacta positivamente en las comunidades de pescadores, quienes son integrados a las operaciones de la empresa. Este negocio podría generar más de 10,000 empleos directos en la región, prevé su promotor.




EFICIENCIA DEL SISTEMA

SOS Carbon emplea un método costo-eficiente porque requiere poco personal (un capitán y dos ayudantes) y no emplea grandes maquinarias que utilizan mucho combustible. Entre las ventajas de sus tecnologías Bisonó cita el ahorro de costos y que no tiene el impacto ambiental de los métodos tradicionales, que retiran el sargazo cuando ya está en la orilla utilizando equipos pesados que erosionan las playas y dañan el ecosistema.

“Esa relación costo-beneficio es lo que ha contribuido con el crecimiento y la rentabilidad del negocio”, dice Bisonó León.

Este emprendedor posee una licenciatura en ingeniería mecánica y una en administración de empresas con especialización en finanzas, y se define como un amante de la naturaleza y defensor del medioambiente, por eso le apasiona el desarrollo de proyectos sostenibles.

EXPANSIÓN DE LA EMPRESA

Bisonó afirma que desde sus inicios el proyecto ha sido bien acogido por los sectores público, privado y académico del país. Han trabajado con grandes cadenas hoteleras, como Hard Rock, Meliá, Majestic, grupo Grumasa, grupo Puntacana y Club Med. Asegura que SOS Carbón se ha convertido en un aliado del sector turístico.

Se estima que el turismo aporta alrededor de un 33% de las divisas de República Dominicana y captura cerca del 20% de la inversión extranjera. En el 2019, antes de la pandemia, el sector generaba unos 573,063 empleos. Si las playas no están en buen estado esas cifras podrían desaparecer.

El líder de SOS Carbón indica que han entrenado a más de 50 pescadores y trabajan con más de 15 instituciones, entre ellas el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, entidad a la que apoyan en situaciones puntuales como la que se registró el año pasado en Barahona, donde la zona costera fue arropada por las algas.

El crecimiento que hasta ahora ha tenido el negocio mantiene a Bisonó con buenas perspectivas y su meta es expandirse hacia todo el Caribe para “blindarlo” ante el sargazo. Muestra de ello es que próximamente comenzarán a operar en Antigua, otra isla de la región.

“Si el Caribe no tiene sus playas cristalinas como las conocemos, el turismo en nuestro país, y en toda la región, se va a ver muy afectado. Nuestro objetivo es ser proactivos y evitar que el sargazo llegue en lo absoluto a la playa”, afirma el joven empresario.

CREAR CADENAS DE VALOR CON EL SARGAZO

Bisonó explica que con las algas se puede crear toda una cadena de valor porque se pueden convertir en materia prima para producir cosméticos, biomasa, fertilizantes y otros productos. Dice que en República Dominicana y otros países ya se están desarrollando proyectos piloto para crear una estructura de aprovechamiento del sargazo. En este sentido, Bisonó adelanta que próximamente SOS Carbón exportará un contenedor hacia Finlandia para hacer estudios sobre su utilidad en la industria de cosméticos.

“Lo que buscamos es que se sigan desarrollando productos en base al sargazo para su comercialización”, explica.

Mientras se crean las infraestructuras necesarias para apuntalar su rentabilidad, el sargazo que no se captura en el océano se deposita en terrenos destinados sólo para eso. Bisonó enfatiza que esto se hace con cuidado porque una mala disposición en tierra puede ocasionar problemas medioambientales.

Ante la pregunta de qué ocurre con el negocio cuando no hay algas, Bisonó indica que aunque hay temporadas bajas, estos organismos se producen prácticamente todo el año. Por eso entiende que los sectores afectados tienen que estar preparados para enfrentarlo cuando llegue a su territorio. Destaca que aunque no haya sargazo, debe haber un sistema de prevención, similar a un seguro, que siempre esté disponible para resolver el problema inmediatamente cuando éste aparece.



“Los volúmenes se incrementan año tras año y tenemos que prepararnos para enfrentarlo, porque si no nos va a resultar más costoso. Es peor salir corriendo a tratar de hacer magia para desaparecerlo. Apostamos a trabajar desde temprano con los diferentes sectores para estar preparados”, dice Bisonó León.