Un juez de Texas, Matthew Kaczmaryk, nombrado por Donald Trump, ha revocado la aprobación federal que permitía el uso de la píldora abortiva Mifepristona a nivel nacional, y que se usa desde el año 2000.
Por ahora no habrá ningún cambio, entre otras cosas porque inmediatamente un juez de Washington, Thomas O. Rice, nombrado por Obama, ha ordenado lo contrario.
Se trata del método abortivo más utilizado en Estados Unidos. El conflicto legal llega un año después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos endureciera el acceso al aborto en todo el país.
La vicepresidenta Kamala Harris señala que una revocación sentaría un "peligroso precedente" y el presidente Joe Biden ha prometido "luchar" contra la suspensión.
La extraordinaria coincidencia de las órdenes contradictorias puso de manifiesto lo mucho que está en juego en torno al fármaco casi un año después de que el Tribunal Supremo de EE.UU. emitiera su fallo.
El choque de las resoluciones en conflicto probablemente haga que se acelere el camino hacia el Tribunal Supremo.
"La FDA está bajo una orden que dice que no puede hacer nada y otra que dice que en siete días le voy a exigir que anule la aprobación de la mifepristona", señala Glenn Cohen, de la Facultad de Derecho de Harvard.
Las clínicas abortistas criticaron la decisión de Texas, entre ellas Whole Woman's Health, que tiene seis clínicas en cinco estados y dijo que seguiría dispensando mifepristona en persona y por correo durante la próxima semana, mientras examinan las sentencias.
El fármaco abortivo se ha utilizado ampliamente en EE.UU. desde que obtuvo la aprobación de la FDA y, en esencia, no hay precedentes de que un juez en solitario anule las decisiones médicas de la Administración de Alimentos y Medicamentos.
