Doha dice adiós a una semana de gran judo llena de sorpresas, vibrantes combates y mucha deportividad
Tras siete vibrantes días de yudo en Doha, el Abha Arena acogió este domingo uno de los eventos más apasionantes de la gira. Ni los aficionados locales ni todos aquellos llegados desde distintos puntos del mundo quisieron perderse los siempre únicos Campeonatos del Mundo por Equipos Mixtos.
Lo cierto es que a lo largo de toda la semana la acción ha sido incesante en los tatamis de la capital de Catar, con, además de combates, increíbles muestras de la cultura local y de los auténticos valores del yudo. Sin ir más lejos, el evento ha contado también con un equipo de refugiados.
Todos los Campeonatos del Mundo por Equipos Mixtos han visto al gigante del yudo, Japón, en la final, y desde 2018 se han enfrentado siempre a otra poderosa nación, Francia. Japón, con un 4-0 en su haber, llegaba dispuesta a retener su trono, pero Francia llegaba con ganas de, por fin, arrebatárselo.
Mediante un trabajo siempre brillante, los europeos se mostraron intratables durante toda la fase previa para asegurarse su puesto en la final. Llegaba el enfrentamiento más esperado.
Francia se adelantó pronto: Joan-Benjamin Gaba logró un gran ippon contra Soichi Hashimoto, y Margaux Pinot obligó a la campeona del mundo, Saki Niizoe, a someterse. Francia se ponía 2 a 0.
Goki Tajima mantenía vivas las esperanzas japonesas con un impresionante waza-ari, llevando el delirio a una grada absolutamente entregada al espectáculo.
Pero a continuación Coralie Hayme aumentaba de nuevo el marcador para Francia, que se colocaba 3 a 1, muy cerca del oro.