Una séptima entrada de 8 carreras, la entrada más grande de Baltimore esta temporada, ayuda a los Orioles a superar al viejo enemigo
NUEVA YORK - Mírame hacer mi paseo de pájaro. Mírame golpear mi paseo de pájaro. Mírame golpear mi paseo de pájaro.
Mientras las palabras del rapero Soulja Boy resonaban a través de los parlantes dentro de la casa club de los visitantes en el Yankee Stadium el miércoles por la noche, los Orioles se relajaron luego de otra pelea llena de acontecimientos. Muchos de ellos lo han sido últimamente.
Baltimore improbablemente cambió el guión en un ambiente hostil en el Bronx. Una séptima entrada de ocho carreras, que comenzó contra el abridor de los Yankees, Néstor Cortés, un archienemigo de los Orioles desde hace mucho tiempo, cambió el juego a favor de los Orioles, mientras luchaban y luchaban por una victoria de 9-6 . De sus 32 victorias, 19 han sido en forma de regreso, que ocupa el primer lugar en MLB.
Así es como caminan estos pájaros.
“Nunca estamos fuera. No nos descarten”, dijo Gunnar Henderson , quien conectó un doble de dos carreras como emergente durante el rally ganador. “Lucharemos de vuelta, y no hay abandono en este equipo”.
Pero las probabilidades de que los Orioles realmente lo hicieran no parecían buenas después de seis entradas. Estaban abajo, 5-1, y Cortés (una ex selección del Draft de la Regla 5 de Baltimore que ingresó a la noche con una efectividad de 1.01 en seis aperturas en su carrera frente a su antiguo equipo) estaba nuevamente navegando. La única mancha en su línea fue un jonrón solitario de Ryan Mountcastle en el cuarto. Según Statcast, los Yankees tenían una probabilidad de victoria del 95 por ciento.
Una secuencia al comienzo de la séptima cambió rápidamente el impulso. Anthony Santander recibió una base por bolas de apertura. Austin Hays conectó sencillo. Y luego, con un swing, Adam Frazier volvió a meter a los Orioles con un jonrón de tres carreras que resonó en el poste de foul del jardín derecho.
Los O que nunca se dan por vencidos volvieron a hacerlo.
“Simplemente nunca estamos fuera”, dijo Frazier, quien tiene 11 de 28 (.393) durante una racha de hits de siete juegos. “De uno a nueve, todos pueden impactar el juego de manera positiva en cualquier momento”.
Lo mismo pueden hacer los muchachos que comienzan los juegos en la banca de Baltimore, lo que es un testimonio de la profundidad mejorada del club. Henderson estaba allí para comenzar la noche, pero el manager Brandon Hyde le informó que se mantuviera listo para una situación potencialmente difícil al final de la entrada. Para los Orioles, con 45 de sus primeros 49 juegos decididos por cuatro carreras o menos, eso casi siempre surge.
Después de que el jonrón de Frazier persiguiera a Cortés, Nueva York incorporó al derecho Jimmy Cordero, el primer participante de un cuerpo de relevo de los Yankees que comenzó el día con una efectividad de bullpen de 2.80, la mejor de la MLB. Pero Cordero permitió rápidamente sencillos consecutivos a James McCann y Jorge Mateo. En ese momento, Hyde envió al zurdo Henderson al plato.
Henderson le dio a Baltimore su primera ventaja al conectar un doble por la línea del jardín derecho, colocar un par y poner al equipo adelante, 6-5.
Sin embargo, los Orioles sabían que necesitaban más. Después de todo, los Yankees habían ganado el primer partido de la serie del martes al recuperarse para una victoria de 6-5 en 10 entradas, superando un déficit inicial de 4-0.
"Sentimos que nunca están fuera de juego, tampoco", dijo Frazier. “Así que tenemos que conseguir tantos como podamos, especialmente aquí”.
Así que Baltimore siguió adelante. Mountcastle plateó una carrera con un elevado de sacrificio. Santander y Hays anotaron una carrera con un sencillo cada uno. Y para cuando los Orioles terminaron, habían construido una entrada de ocho carreras que marcó la más grande desde una octava entrada de nueve carreras durante una victoria de 9-8 sobre los Reales el 8 de septiembre de 2021.
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