La UE acuerda nuevas sanciones contra Rusia, con la prohibición de importar diamantes
La Unión Europea acordó el lunes imponer a Rusia una nueva ronda de sanciones, incluida la tan esperada prohibición de importar diamantes.
A partir del 1 de enero, los 27 Estados miembros del bloque ya no podrán comprar diamantes naturales y sintéticos, así como joyas con diamantes, que procedan directamente de Rusia, a menos que se destinen a fines industriales.
Para el 1 de marzo, la prohibición de importación se ampliará a los diamantes de origen ruso que hayan sido tallados y pulidos en otros países.
La serie de sanciones -la duodécima desde febrero de 2022- también pretende cerrar las lagunas que han acabado con el límite de precios del petróleo ruso, que el G7 había fijado en 60 dólares por barril. Moscú ha vendido en los últimos meses su producto muy por encima del tope gracias a una flota de "petroleros en la sombra " y a los servicios de firmas comerciales poco conocidas, sorteando fácilmente las restricciones comerciales que Occidente creía tener bajo control.
Las sanciones no modifican el límite de 60 dólares por barril, sino que introducen nuevas medidas, como un sistema de intercambio de información y normas de transparencia más estrictas, para garantizar que las ventas mundiales de petróleo de los Urales se mantengan dentro del precio máximo.
Además, el nuevo paquete incluye en la lista negra a 29 empresas, algunas no rusas, sospechosas de ayudar al Kremlin a hacerse con productos avanzados fabricados en la UE. Los nombres de estas empresas no estaban disponibles en el momento de publicación de este artículo.
El anuncio hecho el lunes sólo fue posible después de que Austria levantara sus reservas. En un principio, Viena había bloqueado el acuerdo por la inclusión del Raiffeisen Bank International (RBI) en la lista ucraniana de "patrocinadores internacionales de la guerra", que no tiene repercusiones legales pero supone un considerable daño para su reputación.
La agencia anticorrupción ucraniana había señalado a RBI, el mayor banco occidental en Rusia, por prestar supuestamente servicios a "oligarcas próximos al Kremlin". Viena se opuso a este razonamiento y presionó para que se retirara el nombre de la empresa. La designación fue suspendida la semana pasada, allanando el camino para una resolución.
La noticia llega en un momento crítico para Kiev, que está suplicando a sus aliados occidentales que aumenten urgentemente su ayuda militar y financiera para ayudar al país a resistir el avance de las tropas rusas.
Durante la dramática cumbre celebrada la semana pasada en Bruselas, los líderes de la UE acordaron iniciar las negociaciones de adhesión con Ucrania, un objetivo muy deseado por el Presidente Volodímir Zelenski. Pero horas después, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, esgrimió su derecho de veto para impedir la aprobación de un fondo especial de 50.000 millones de euros de ayuda a largo plazo para Ucrania.
Hungría no vetó la última ronda de sanciones.
Una prohibición gradual
La prohibición de los diamantes ha sido una de las principales exigencias de Kiev durante más de un año.
Rusia es el mayor productor mundial de diamantes en bruto por volumen, con más del 90% de su negocio dominado por una sola empresa, Alrosa. En 2021, el año anterior al inicio de la guerra, Rusia exportó diamantes por valor de unos 4.000 millones de dólares (3.770 millones de euros), una cantidad que descendió sólo ligeramente en 2022, ya que la comunidad internacional se abstuvo de imponer ningún tipo de sanción.
Se atribuye a la naturaleza secreta de la industria del diamante la principal razón del retraso. Los diamantes pasan por múltiples manos hasta llegar al cliente final. Por ejemplo: los diamantes rusos en bruto suelen tallarse y pulirse en la India y luego se comercializan en Amberes (Bélgica), desde donde se envían a otros mercados del mundo como Estados Unidos, Hong Kong y Emiratos Árabes Unidos.
Esto significa que lo más probable es que un minorista no pueda precisar el origen exacto de un diamante concreto, lo que dificulta la separación de los productos rusos de los que no lo son.
Ante el temor de que una prohibición mal diseñada se convierta rápidamente en víctima del mercado clandestino, la UE y el G7 han estado desarrollando un sistema internacional de trazabilidad para rastrear los diamantes a lo largo de toda la cadena de suministro, desde las minas hasta las tiendas.
A principios de este mes, el G7 anunció una hoja de ruta en tres etapas graduales:
- Para el 1 de enero, imponer restricciones a las importaciones de diamantes extraídos, procesados o producidos en Rusia, excluidos los fines industriales.
- Para el 1 de marzo, imponer restricciones a las importaciones de diamantes rusos procesados en otros países.
- Antes del 1 de septiembre, establecer un "sólido mecanismo de verificación y certificación basado en la trazabilidad" para los diamantes en bruto. El sistema debería estar implantado en los países occidentales que son "grandes importadores" de diamantes en bruto, como Bélgica.
El G7 abrió la puerta a la cooperación con naciones que no pertenecen al grupo pero que tienen una participación importante en la industria del diamante, como India y Emiratos Árabes Unidos.
"Continuaremos las consultas entre los miembros del G7 y con otros socios, incluidos los países productores y los países fabricantes, para realizar controles exhaustivos de los diamantes producidos y procesados en terceros países", señala la declaración conjunta.
Las sanciones de la UE aprobadas el lunes se basan en este plan y proporcionan la base jurídica para hacer realidad la prohibición de las importaciones.
El plan del bloque replicará el calendario establecido por el G7.