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Más de 3650 personas han sido asesinadas en Haití este año



Las pandillas controlan la mayoría de la capital haitiana, Puerto Príncipe.


La violencia de las pandillas haitianas ha sembrado caos e inestabilidad, causado miles de muertos y heridos, y obligado a decenas de miles de personas a desplazarse, sumiendo al país en una profunda crisis humanitaria. La oficina de derechos humanos pide a las autoridades y la comunidad internacional tomar medidas para proteger a la población.

En Haití, han sido asesinadas 3661 personas en lo que va de este año en medio de la violencia de las pandillas que controlan parte del territorio, informó este viernes la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.

Las cifras indican que los altos niveles de violencia no han cambiado con respecto a 2023, por lo que la máxima prioridad en ese país debe ser combatir la inseguridad, agregó la dependencia en un informe que pide a las autoridades haitianas y a la comunidad internacional redoblar los esfuerzos para proteger a la población y evitar un mayor sufrimiento.

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y titular de la Oficina, subrayó que “no se deben perder más vidas a causa de esta criminalidad sin sentido”.

Violencia sexual para subyugar

El informe, que abarca el periodo hasta junio, detalla patrones graves de violaciones y abusos de los derechos humanos en la capital, Puerto Príncipe, y en el departamento de Artibonite, así como en la parte sur del departamento Oeste, que hasta hace poco no había sido afectada por la violencia.

El número de víctimas de violencia sexual, incluida la violación, también aumentó en la primera mitad del año. “Las pandillas han seguido utilizando la violencia sexual para castigar, difundir el miedo y subyugar a las poblaciones”, apunta el documento.


Uso desproporcionado de la fuerza

Durante los meses que contempla el informe, al menos 860 personas murieron y 393 resultaron heridas durante operaciones policiales y patrullas en Puerto Príncipe, incluidos al menos 36 niños, en lo que podría constituir un uso innecesario y desproporcionado de la fuerza.

Por su parte, las pandillas han reclutado a un gran número de niños en sus filas.

De acuerdo con el estudio, la violencia de las bandas, que originalmente se circunscribía a la capital, se ha extendido al norte del país, impulsada por la huida de los residentes de las zonas del sur, donde las actividades delictivas de las pandillas se habían generalizado.

Ese éxodo limitó las oportunidades que tenían las bandas de generar ingresos ilícitos mediante secuestros, extorsiones y robos.

Ataques a agricultores y crisis alimentaria

En el departamento de Artibonite, la región agrícola más grande del país, las pandillas han extorsionado a los agricultores que cultivan sus tierras y, a menudo, han invadido los campos, armados con pistolas y machetes, para robarles sus cosechas y su ganado.

Esos ataques han obligado a los agricultores a abandonar más de 3000 hectáreas de tierra y trasladarse a zonas menos fértiles pero más seguras, lo que ha agudizado la crisis alimentaria.

Según los datos actualizados de la ONU, 1,6 millones el número de personas enfrentan inseguridad alimentaria aguda en estado de emergencia en Haití.

Amenazas de mayor violencia

El informe explica que las pandillas se han beneficiado de la inestabilidad política y contribuyeron a la desestabilización del anterior gobierno, exigiendo influencia política y amnistías, y amenazando con recurrir a una mayor violencia si no se satisfacen sus demandas.

Además, han anunciado más embestidas en vista del despliegue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, reforzando sus bastiones en previsión de las operaciones policiales que ésta realizaría.

Tras el despliegue del primer contingente de 200 policías kenianos de la Misión el 25 de junio pasado, uno de los líderes más conocidos de las pandillas publicó en las redes sociales un video en el que se le observa a la cabeza de un desfile de estilo militar formado por varias decenas de hombres armados que gritan estar listos para enfrentarse a “los soldados extranjeros”, tachándolos de “invasores”.

Hasta la fecha, la Misión ha desplegado en Haití un contingente avanzado de unos 430 efectivos, de 2500 que se espera que la integren.

La Oficina de Derechos Humanos apoya a la Misión en la implementación de un mecanismo que garantice que sus operativos y prácticas cumplan con las normas internacionales de derechos humanos y que haya rendición de cuentas si se cometieran abusos de esas garantías.

La Misión necesita recursos adecuados

El Alto Comisionado acogió con beneplácito el despliegue de los primeros contingentes de la Misión, al igual que el reciente establecimiento de un Consejo Presidencial de Transición y del nuevo gobierno de transición.

“Sin embargo, está claro que la Misión necesita equipo y personal adecuados y suficientes para luchar contra las bandas criminales de manera eficaz y sostenible, y evitar que sigan propagándose y causando estragos en la vida de las personas”, enfatizó Türk.

En este sentido, instó a las autoridades haitianas a adoptar medidas enérgicas para fortalecer a la policía y otras instituciones estatales paralizadas por la corrupción endémica, incluido el poder judicial, con el fin de restablecer el estado de derecho y hacer que los responsables de violaciones y abusos rindan cuentas.

Asimismo, les pidió proteger a los niños de las pandillas, hacer frente a la violencia sexual y de género, y proteger a los desplazados internos.

Volker Türk también urgió a la comunidad internacional a aplicar a cabalidad el embargo de armas selectivo, la prohibición de viajar y la congelación de activos impuestos por el Consejo de Seguridad de la ONU con el objetivo de poner un alto a la violencia de las pandillas en Haití.